Valles Ossolanos – Valle Anzasca

Excursiones en los Valles Ossolanos – Valle Anzasca

Valle Anzasca se encuentra a 65 km de la ciudad de Stresa.

La localidad de Macugnaga se encuentra en la ladera oriental del Monte Rosa, la segunda montaña más alta de los Alpes.

Macuniaga es una zona formada por varios pueblos, de los cuales Staffa es el más importante, situado en la provincia de Verbano-Cusio-Ossola. Sus límites se encuentran en un territorio alpino que parte de los 946 metros hasta los 4618 metros del Chima Grenzgipfel entre Val Anzasca y Val d’Ossola.

Gracias a sus características territoriales y paisajísticas, es un lugar ideal para el recreo tanto en verano como en invierno, pudiendo ofrecer al turista numerosos atractivos.

En verano, la principal atracción es la oportunidad de practicar senderismo y escalada a varios niveles, también puede relajarse a la sombra de un antiguo tilo del siglo XIII, cuya circunferencia del tronco supera los 7 metros, y dar un paseo hasta el Lago de las Hadas.

En verano, Macugnaga se convierte en el lugar ideal para acoger eventos culturales como espectáculos, conciertos, jornadas gastronómicas y enológicas.

Este destino no está exento de interés cultural, que se puede representar con algunas visitas interesantes, como la visita al Museo Walser Bork, que resume la forma de vida de la etnia Walser, que llegó a Macugnaga desde Suiza, pasando por los Alpes, para admirar las casas bien conservadas de los siglos XV y XVI.

También de interés es el Museo de la Montaña y del Contrabando, que contiene testimonios históricos sobre los montañeros, como los rudimentarios esquís y botas utilizados en el pasado, los orígenes de los senderos trazados por las más valientes tropas alpinas, e información relativa a la época del contrabando de arroz, que era llevado desde Italia a la vecina Suiza.

No se pierda la mina de oro de Guia, que cuenta la historia y los pasos de los buscadores de oro que buscaron fortuna en esta latitud, la única abierta al público en Europa.

Seguro que despierta curiosidad la aldea de Pechetto, donde se guardan celosamente las tradiciones Walser y se ofrecen tranquilas excursiones en el seno de la naturaleza y, para los amantes de la buena mesa, ñoquis con edelweiss y otros platos locales.

Otra peculiaridad de esta localidad es que la población pertenece al antiguo pueblo alemán Walser. Aquí hablan su propio dialecto e incluso las señales de las calles están escritas en dos idiomas: italiano y walser.

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