La Civita di Bagnoregio se asienta en lo alto de una colina inexpugnable y sólo es accesible por una pasarela, llamada el «Puente del Diablo», que conecta la «ciudad moribunda» con el mundo exterior. Los habitantes de esta ciudad, a pesar de todos los inconvenientes, no abandonan sus hogares, tratando de vivir una vida plena, y en ello cuentan con la ayuda de numerosos turistas que llegan hasta aquí, algunos por curiosidad, y otros por amor a la historia y a la Edad Media.
Antes del siglo XI la ciudad se llamaba Balneum Regis. Según la leyenda, la ciudad fue bautizada por el rey lombardo Desiderio (756-774 d.C.) tras curarse de una grave enfermedad en las aguas termales de la localidad. En 774, el emperador Carlomagno regaló las tierras al Papa.
La ciudad de Civita di Bagnoregio fue fundada por los etruscos hace unos 2.500 años en un lugar estratégico de la época: en la carretera que unía el lago de Bolsena y el río Tíber, que era la gran ruta marítima de Italia central.
Los etruscos convirtieron su asentamiento en una próspera ciudad gracias al desarrollo del comercio.
El terremoto de 1695 destruyó los edificios de la colina hasta tal punto que se hizo peligroso estar allí, y la mayoría de los habitantes de la ciudad se trasladaron al pie de la colina, donde vivían las clases más pobres. A partir de entonces, apareció el nombre de la nueva Bannorea, Bagnoregio. En el siglo XIX un fuerte terremoto aceleró la erosión y finalmente dividió la ciudad, formando una «isla» separada y su «suburbio».
La colorida Civita di Bagnoregio es un museo al aire libre, aquí se pueden ver barrios residenciales conservados de la Edad Media, la iglesia de San Donato, el Palacio Episcopal, el molino del siglo VI, Las ruinas de la Casa de San Bonaventura y otros lugares de interés, incluyendo impresionantes vistas panorámicas desde cuatro plataformas de observación
La versión final del programa se acordará adicionalmente con los clientes.
Todos los días están abiertos excepto el 25 de diciembre, el 1 de mayo y el 1 de enero
El SPA está cerrado al público los martes y el 24 de diciembre
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