PALAU Y CABO OSO

Tour de Palau y Cabo Oso.

La pintoresca y encantadora localidad de Palau está situada en la costa noreste de Cerdeña, en el corazón de la provincia de Olbia-Tempio, muy cerca de la Costa Esmeralda, la más famosa del mundo. Llegar a la perla del Mediterráneo en cuestión de minutos no es la única ventaja de Palau. El complejo en sí es magnífico: rodeado de majestuosos acantilados, exuberante vegetación mediterránea y las fragantes hierbas de Cerdeña, Palau ha conservado una increíble belleza prístina que atrae a visitantes de todo el mundo, con una infraestructura bien desarrollada.

Las islas de Cerdeña están rodeadas de mitos y leyendas. Muchas de estas leyendas atraen a exploradores y veraneantes, pero una -la de una zona infestada de caníbales- ha mantenido durante siglos a navegantes, historiadores y geógrafos alejados del más misterioso de los lugares. Hablamos de Palaos, cuya descripción encontramos por primera vez en la «Odisea» de Homero. Los sanguinarios lestrigones, como dirían hoy, «crearon una explícita antipropaganda» de la ciudad gracias al poema.

Sólo nos queda preguntarnos si los numerosos corsarios y contrabandistas mediterráneos trataron en su día de difundir tales rumores para poder utilizar esta parte de la isla sin interferencias.

El hito natural es la Roca del Oso, que se encuentra en lo alto de una colina cerca de Palau, y la historia de estas rocas se remonta a la era paleozoica, es decir, hace 340-250 millones de años. La altura de este oso gigante alcanza los ciento veinte metros, lo que sin duda atrae la atención no sólo de los turistas de a pie, sino también de los escaladores y alpinistas. Muchos viajeros dan testimonio en sus diarios de este monumento natural de granito, pintándolo a imagen de una bestia, que mira atentamente el horizonte marino y vigila con fiabilidad la costa oriental. Muchas maravillas han sido creadas por el viento y el sol desde los afloramientos rocosos de la costa -una tortuga, un tigre dientes de sable, un avestruz-, pero este enorme oso es simplemente una obra maestra de los «arquitectos» de la naturaleza.

Desde la cima del Cabo del Oso hay una magnífica vista del Archipiélago de la Magdalena, declarado parque nacional en 1996.

El Valle Lunar o las Montañas de Plastilina, la Roca Champiñón y otras vistas son maravillas naturales

Podrás capturar el recuerdo (o el objetivo de tu cámara) de este fascinante viaje. Disfrutará de las mejores vistas panorámicas, de lugares recónditos y playas inexploradas por el turista medio, y de bloques de granito y piedra de diversas formas extrañas. Abastézcase de calzado cómodo: todas estas «maravillas» no son aptas para carreteras asfaltadas. También le aconsejamos que lleve accesorios de natación y aproveche para bañarse en las bahías más hermosas de la isla.

Related Articles