Situado a 35 kilómetros de París, en el pintoresco valle de Chevreuse, este castillo cuenta con más de cuatro siglos de historia. Desde principios del siglo XVIII, su destino ha estado ligado a la vida y obra del marqués de Brethey, a quien sigue perteneciendo.
Primeros ministros y sólo ministros, celebridades, personas extraordinarias y corrientes, los marqueses de Bretaille sirvieron a los reyes y reinas de Francia….Paseando por los salones magníficamente amueblados del castillo, conocerá la misteriosa historia del collar con colgantes que ensombreció a la reina María Antonieta, y también se familiarizará con el destino de la primera mujer matemática francesa Emilie Châtelet, musa y amante de Voltaire. Verá las figuras de cera de Marcel Proust y del rey inglés Eduardo VII -huéspedes frecuentes del castillo-, admirará la magnífica mesa de piedras semipreciosas de Dresde regalada al marqués en el siglo XVIII.
Sin embargo, el «plato fuerte» del castillo, lo que lo convierte en un auténtico «reino de los niños», son los numerosos personajes de los cuentos de Perrault: gatos con botas, de los que hay muchos en el castillo, la Bella Durmiente, Pulgarcito, Caperucita Roja… Habitan las habitaciones del castillo, sus dependencias y el parque.Los niños se divierten mucho en el castillo. Se familiarizan con la vida de los nobles del siglo XVIII, con sus habitaciones infantiles, cunas, cuartos de baño… También pueden participar en un juego: contar todos los gatos con botas (músicos, relojeros, etc.) que habitan las habitaciones….
Visitar Breteille es un auténtico placer para niños y mayores.












