Chartres

Chartres es una encantadora ciudad medieval situada a 90 kilómetros de París, en la encrucijada de Normandía, Bretaña y los castillos del Loira.

La historia «moderna» de esta ciudad se remonta a mediados del primer milenio, cuando se construye en Chartres la primera iglesia católica. En el siglo IX, se levanta en su lugar una cuarta iglesia, a la que el rey francés Carlos II el Calvo, de la dinastía carolingia, regala el Velo de la Madre de Dios. La tradición afirma que fue este paño el que llevaba la Virgen en el momento del nacimiento de Cristo.

En 911, los normandos aparecieron bajo las murallas de Chartres. Entonces se produjo el primer milagro relacionado con el Velo, que fue colgado en la muralla de la ciudad por el obispo Jeantelme, y los normandos huyeron. El segundo milagro en Chartres ocurrió en 1194, cuando la catedral de Chartres fue casi destruida por el fuego. Pero el cofre en el que se guardaba la Sábana Santa sobrevivió. Se trasladó a una capilla-almacén subterránea. Casi inmediatamente después del incendio, en 1194, comenzó en Chartres la construcción de una nueva catedral dedicada a la Virgen María, llamada Notre-Dame de Chartres (Cathedrale Notre-Dame de Chartres).

La catedral se construyó durante siglo y medio y fue consagrada en 1260 en presencia del rey Luis IX. Es la primera catedral de la historia de Francia dedicada a la Virgen María. Ha llegado prácticamente intacta hasta nuestros días. Situada en una elevada colina sobre la ciudad, la catedral de Chartres ha sido llamada la «Acrópolis de Francia». Se la compara con una enciclopedia, que reflejaba la comprensión del mundo de los distintos estratos de la sociedad francesa de la primera mitad del siglo XIII.

Reyes y príncipes venían aquí a venerar la famosa reliquia, y Enrique IV eligió esta catedral para su coronación.

La catedral también es famosa por sus singulares vidrieras de los siglos XII-XIII. Las más antiguas tienen ese color azul intenso único, que se llama «bleu de Chartres». En el siglo XVIII apareció en la catedral una serie inusualmente expresiva de bajorrelieves sobre temas bíblicos, situados alrededor de la parte del altar de la catedral. En el centro de la catedral hay un famoso laberinto -uno de aquellos por los que eran famosos los templos medievales y por los que, de rodillas, se movían penitentes y peregrinos… Bajo la catedral hay dos antiguas criptas -iglesias subterráneas-, una de las cuales data del siglo IX, y la otra es la más grande de Francia…..

El casco antiguo, que se extiende desde la catedral hasta las orillas del río Eure, es rico en casas del siglo XVI decoradas con esculturas de madera. Paseando por las estrechas y pintorescas calles de Chartres, podrá detenerse en una de las numerosas pastelerías y degustar los dulces de merengue de color verdoso pálido rellenos de delicado chocolate y pralinés llamados «Menshikov», que fueron elaborados por primera vez por el pastelero Domenil en 1893 en honor de la alianza franco-rusa.

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