Compiègne

Ya en el siglo IX, el nieto de Carlomagno (Carlomagno) construyó aquí el primer castillo. En el siglo X, se construyó junto a él una abadía de importancia real, en torno a la cual creció la ciudad y desempeñó un importante papel estratégico.

No por casualidad, es aquí, cerca de las murallas de la ciudad, donde en mayo de 1430 fue detenida Juana de Arco, y donde en 1918 se firmó en el bosque de Compiègne un tratado de paz que ponía fin a la Primera Guerra Mundial…

Compiègne es un sorprendente ejemplo de ciudad antigua francesa. Uno de los ayuntamientos más bellos de Francia, calles medievales, mansiones de los siglos XVII-XIX, catedrales, partes de la antigua abadía bellamente conservadas y, por supuesto, el palacio real con un enorme parque y bosque – con lagos, hayas, robles, caza …

A los reyes franceses les gusta cazar en los bosques que rodean Compiègne, donde desde hace mucho tiempo les esperan buenas salas de caza. Pero Luis XIV declara «en Versalles vivo como un rey, en Fontainebleau – como un príncipe, y en Compiègne – como un campesino» y decide construir un palacio digno de él. Luis XV continúa la construcción, que finaliza Luis XVI.

Hoy en día, en el palacio esperan al viajero varios kilómetros de magníficos interiores de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Comedores de emperadores, salones de cartas, dormitorios reales, la sala del Consejo de Estado, el dormitorio del emperador, de la emperatriz, salones musicales, azules, de flores y otros, galería del salón de baile y muchos otros… Entre todo este esplendor encontrará, en nuestra opinión, los interiores más singulares del estilo Imperio en Francia.

Compiègne está asociada a numerosos acontecimientos de bodas reales. En mayo de 1770, Luis XVI conoció aquí a María Antonieta, su futura esposa. En marzo de 1810, María Luisa, sobrina de María Antonieta, llega al palacio procedente de Austria para conocer por primera vez a su futuro marido, Napoleón Bonaparte. En 1832, el palacio acoge la boda de Luisa María, hija del monarca francés Luis Felipe y del primer rey de Bélgica.

El castillo-palacio, situado en las afueras de una ciudad medieval y al borde de un magnífico bosque, es uno de los lugares más bellos de Francia, razón por la cual cada otoño se celebra aquí la corte de Napoleón III, a la que acuden representantes de todas las cortes reales de Europa.

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