Mantenon

Mantenon… Este nombre recuerda en primer lugar a la marquesa de Mantenon, la célebre última favorita del Rey Sol Luis XIV, que se convirtió en su esposa secreta.

Hija de un protestante, nacida en prisión, viuda del escandaloso poeta y autor de epigramas Scarron, esta insólita mujer alcanzó la más alta posición en la corte, ganándose el corazón del poderoso rey por su dulzura, ternura y fuerza de carácter.

El Rey le regala este castillo en 1674 y en 1675 le otorga el título de Madame de Maintenon. Esta notable mujer reconstruye la finca y transforma el castillo medieval en una exquisita mansión, un pequeño castillo con torreones, un patio de cámara, un alto tejado y un parque diseñado por el gran paisajista André Le Nôtre.

Madame de Maintenon fue la tutora de los hijos del Rey y de su amante, Madame de Montespan. Dos de los hijos de Madame de Montespan nacieron incluso en este castillo.

El rey visitaba a menudo a sus hijos y prestaba cada vez más atención a la dueña de la finca.

En 1683, muere la reina, Madame de Montenon se traslada a Versalles, se casa en secreto con el rey y se convierte en su constante compañera y consejera durante los últimos 30 años de la vida de Luis XIV…

Se sabe que al final de su vida, el rey reunió al consejo de ministros en su lecho conyugal, tras cuyas cortinas le esperaba Madame de Maintenon. Tras escuchar las opiniones de sus consejeros, el rey se despidió de ellos, se metió en la cama y preguntó a su esposa, que lo había oído todo: «Bueno, ¿qué hacemos?».

Madame de Maintenon no tuvo hijos y, tras su muerte, el castillo pasó a manos de su sobrina, que se casó con un joven de una de las familias más famosas de Francia.

El castillo conserva interiores únicos de habitaciones de la época del Rey Sol e interiores que cuentan la historia de su dueña y de su tiempo.

Al salir del castillo hacia el parque, un grandioso panorama se abre ante las ruinas del acueducto, una creación verdaderamente faraónica de Luis XIV, que pretendía bombear agua desde el canal del parque hasta las fuentes de Versalles. La idea nunca se llevó a cabo, pero las majestuosas arcadas se integraban tan perfectamente en el paisaje que la marquesa de Maintenon decidió dejárnoslas a nosotros, los descendientes, para que las admiráramos…..

Pedro el Grande también vino aquí a visitar a la anciana Madame de Maintenon, como demuestra uno de los cuadros…

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