Toulouse

Toulouse está situada a orillas del río Garona. Es uno de los mayores centros culturales, científicos e industriales de Francia. Es la quinta en población después de París, Marsella, Lyon y Lille. Por la ciudad pasa directamente el Canal del Sur, que conecta, desde el siglo XVII, el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.

Toulouse fue fundada en el siglo IV a.C. por una tribu de celtas. El buen clima y la favorable situación geográfica atrajeron aquí a los romanos en los siglos II y III. En el siglo V d.C., la ciudad se convirtió en la capital del reino de los visigodos. A lo largo de la historia de Francia, Toulouse es una pieza clave en la lucha por el poder en el suroeste del país.

La edad de oro de Toulouse comenzó en el siglo XV, cuando los ricos mercaderes empezaron a construir mansiones de ladrillo rojo, marcando el tono cromático de la arquitectura de la ciudad durante siglos. El nuevo apogeo de la ciudad está relacionado con el reinado de Napoleón Bonaparte, cuando aparecieron en la ciudad muchos edificios nuevos, bulevares y carreteras.

Hasta 1789, Toulouse fue la capital de la provincia de Languedoc. En la actualidad, Toulouse es el centro del distrito económico de los Pirineos Meridionales, uno de los mayores de Francia. Las famosas estaciones de esquí de los Pirineos, célebres tanto por su esquí invernal como por sus paisajes estivales, se encuentran a 110 kilómetros de la ciudad.

En la actualidad, Toulouse no es sólo una ciudad con un pasado histórico, sino también un centro de alta tecnología y de la industria aeronáutica en Francia.

Toulouse está considerada una de las ciudades con más estilo del sur del país. Así dicen de ella los franceses: «Rosa al amanecer, roja al mediodía y morada al anochecer». Hay muchos jardines y plazas, ángulos inesperados, vistas… La ciudad es muy diversa, combina lo medieval con el revival y la modernidad, la historia con el confort.

La joya arquitectónica de Toulouse es la Basílica Saint Sernin (la iglesia románica más grande de Europa Occidental); en el centro, la plaza del Capitolio con el Ayuntamiento y el teatro, la iglesia y el monasterio jacobinos (de 1275), y numerosas mansiones privadas renacentistas.

Además de una arquitectura única y encantadora, Toulouse cuenta con buenos museos. Por ejemplo, el Musée des Augustins, situado en la iglesia del monasterio agustino, en el centro de la ciudad, es famoso por sus esculturas románicas y góticas, así como por su exposición de pintura francesa del siglo XIX.

En 1997 se inauguró en Toulouse un museo de la aviación y el espacio.

Toulouse cuenta con más de 20 órganos, más que ninguna otra ciudad de Francia, razón por la cual la ciudad acoge un festival internacional de órgano.

Aquí hay un gran número de estudiantes y quizá sea la población estudiantil la que crea un ambiente tan animado y libre en Toulouse.

Para conocer bien la ciudad, lo mejor es recorrerla a pie. Las tiendas más grandes se encuentran cerca de la Place du Capitole.

Toulouse es famosa por tener la esperanza de vida más alta de Francia y por su especial gastronomía local. A las afueras de la ciudad son conocidos el foie gras de hígado de oca o pato, el filete de pato, el ragú de alubias con ave o carne al horno en cazuela de barro y, por supuesto, el «Frontonnais», el famoso vino de esta región.

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