En Francia, a las costas les gusta poner nombres bonitos a sus costas: la Costa Azul, la Costa Púrpura, la Costa de Ópalo, la Costa Esmeralda… La costa de Normandía se divide en dos costas: la Costa de Alabastro y la Costa de las Flores. La Costa de Alabastro es la costa al este de El Havre (Etretat) y la Costa de las Flores es la costa al oeste de El Havre (Honfleur, Deauville, Trouville, Caen).
Etretat significa «granja del sol poniente» en escandinavo. Es el lugar más bello de la Costa de Alabastro. La playa oceánica de guijarros pulcros está enmarcada por pintorescas rocas que surgen poderosamente del agua. Estos acantilados han sido glorificados para siempre por Monet y toda una galaxia de pintores famosos y desconocidos…
Una sofisticada ciudad con casas normandas talladas y pintorescas calles linda con la playa. Casinos y restaurantes a lo largo del paseo marítimo, el sonido de las gaviotas, el olor del océano… Los enamorados vienen aquí desde París para cenar mientras admiran el sol adentrándose en el océano justo enfrente de la playa….
La carretera a Etretat también es maravillosa: las casas solariegas normandas están rodeadas de terraplenes con hayas centenarias en lugar de vallas.
Deauville: una estación aristocrática de moda. Se hizo famosa en 1860 gracias al Duque de Morny, pariente cercano del emperador francés Napoleón III. Hasta hoy se pueden encontrar aquí populares actores, escritores, corredores de Fórmula I, descendientes de familias aristocráticas… El desarrollo de la alta costura en Francia está ligado a Deauville. Coco Chanel abrió uno de sus primeros salones en Deauville. Natasha Romanova, princesa rusa que trabaja como maniquí para una de las famosas casas de moda de la época, vive aquí durante mucho tiempo. La Deauville moderna es un desfile de exquisitas villas que combinan elementos art nouveau, normandos, góticos y renacentistas. Da la sensación de asistir a un desfile de arquitectura, yates, sol y mar.
Trouville– Al igual que en la historia de Deauville, el apogeo de este complejo turístico se produjo durante la época del Segundo Imperio, que valoraba el lujo y el confort. Es famosa por su enorme Casino y su pintoresco mercado de pescado, así como por sus exquisitas villas de finales del siglo XIX y principios del XX. Es más grande que Deauville, con la que limita, y parece más democrática que su vecina.
Honfleur: Su historia está estrechamente ligada a la exploración del norte americano. A principios del siglo XVI, Jacques Cartier anexiona a Francia nuevas tierras, a las que llamará Canadá. Sin embargo, el rey Francisco I no está satisfecho: ni especias, ni oro, ni diamantes. Canadá permanece sin desarrollar hasta 1608, cuando Samuel de Champlain, en viaje desde Honfleur, funda Quebec.
Mientras tanto, el puerto de Honfleur es desarrollado por Colbert. También el canal de la desembocadura del Sena. El casco antiguo se ha conservado con calles pintorescas, antiguos muelles, el muelle de Santa Catalina. La iglesia del mismo nombre es un raro ejemplo de arquitectura de madera del siglo XVI. A principios del siglo XIX, esta ciudad y la costa adyacente de Normandía se convierten en un paraíso para los artistas y poetas del Romanticismo. Musset y Boudin, Corot y Daubigny crearon aquí sus obras. Baudelaire llamó a este lugar «su más bello sueño». Hoy, el pintoresco puerto, atestado de yates, asombra por la belleza de sus edificios normandos, cuyos bajos están repletos de restaurantes, galerías de arte, tiendas donde degustar todo tipo de sidra, calvados, pommeau. No en vano Honfleur está considerada la cuarta ciudad de Francia por número de turistas…
El Puente de Normandía. Uno de los puentes más bellos del mundo. Sobre la desembocadura del Sena. Inolvidables vistas del mar, el Sena y los puertos.












