Viajaremos al suburbio lisboeta de Sintra. Antigua residencia de verano de los monarcas portugueses, el paisaje cultural de Sintra es hoy Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Visitaremos el palacio de cuento de hadas de «Blancanieves» -así se llamaba la antigua residencia real de verano-, el Palacio de Pena, cuyo linaje se remonta a 1839. Este palacio de cuento de hadas transmite una atmósfera mágica. El arquitecto del palacio fue el barón alemán Eschwege, que tuvo el valor de mezclar diferentes estilos arquitectónicos. Y, por supuesto, el parque real merece una atención especial. El rey Fernando II ordenó plantar árboles de diferentes partes del mundo: cipreses, magnolias, camelias, azaleas y una gran variedad de helechos. El parque se plantó durante 4 años.
Más adelante le espera la misteriosa y mística finca da Regaleira, cuyo propietario era el famoso millonario brasileño Antonio Carvalho Monteiro, quien, tras comprar la finca, construyó un cierto palacio de la filosofía con un hermoso jardín paradisíaco. Cada objeto del jardín ocupa un lugar determinado, no al azar, todo está alineado siguiendo un cierto patrón. También hay suposiciones de que Antônio Carvalho Monteiro pertenecía a la sociedad de los francmasones, y que en el territorio de la finca se encuentra exactamente el lugar donde tenía lugar el rito secreto de iniciación del «recién llegado». En una palabra, la finca da Regaleira es un hallazgo para los interesados en el esoterismo, la alquimia y la masonería. A continuación, dará un paseo por el centro de la ciudad, donde se encuentra el Palacio Real Nacional y un montón de tiendas de recuerdos donde podrá comprar algo memorable sobre esta increíble ciudad.
Este día tendrá la oportunidad de conquistar el punto más occidental del continente euroasiático: el Cabo da Roca. Allí todos podrán obtener un vistoso certificado de que han visitado el borde de la Tierra. Desde ciento cuarenta kilómetros de altura podrá admirar el hermoso paisaje y respirar el aire fresco del océano. Y en una ligera ola de emociones, superando la serpentina de la montaña, descenderá al misterioso desfiladero «Boca del Diablo».
Después se dirigirá a Cascais, lugar de veraneo de ricos y ociosos, así como pueblo de pescadores y segunda residencia de muchos extranjeros que deciden instalarse en Portugal. Cascais ofrece todos los placeres y comodidades de un sofisticado balneario europeo a poca distancia de la capital, con atracciones que van desde hoteles a casinos, pasando por restaurantes con vistas al mar y lánguidas playas.












