Las ciudades españolas son increíblemente interesantes, llenas de increíbles edificios medievales que merecen la atención de todo visitante. Rupit y Besalú son como museos al aire libre que todo amante de la historia medieval debería visitar.
Desde Barcelona, un cómodo transporte llevará a los viajeros a la campiña catalana, a saber. Besalú (la distancia entre las ciudades es de unos 120 km), el misterioso «pueblo de las brujas».
Después de pasear por el centro histórico, hacer turismo y degustar los productos locales, tendrá que recorrer unos 50 km hasta otro pequeño y acogedor lugar: Rupit. Además, de camino hacia allí, deténgase en un mirador con impresionantes vistas de la campiña circundante.
Atractivos asentamientos españoles
Rupit
El territorio de este insólito asentamiento de montaña pertenece al parque nacional. Está situado en terreno volcánico, a una altitud de unos 890 metros sobre el nivel del mar. Al pisar la tierra del antiguo asentamiento, el viajero puede sentirse transportado en el tiempo. Todo aquí parece insólito: la vida tranquila y mesurada, los poderosos muros de la fortaleza, los lugares que recuerdan la vida de los artesanos. Pero el hecho más increíble que causa sorpresa y deleite a los turistas es la elección del lugar donde se fundó la ciudad. Hace más de 11 mil años tuvo lugar aquí una erupción volcánica, y la lava solidificada sirvió de trampolín para la construcción de la ciudad y se utilizó como material de construcción. En torno al siglo XV, un terremoto destruyó Rupit casi hasta los cimientos, pero algunas familias permanecieron en la ciudad. La ciudad fue reconstruida entre los siglos XVI y XVII, estilizada para asemejarse a los edificios medievales.
Besalu
Todo el territorio de esta zona no supera los 5 kilómetros cuadrados, que se recorren con bastante rapidez. En el siglo pasado (años 60), el pueblo se convirtió en Conjunto Histórico Nacional y toda su pequeña superficie se considera un monumento al aire libre. La historia de este encantador asentamiento se remonta al siglo X (según los arqueólogos), cuando se construyó el primer castillo. Los cinéfilos reconocerán fácilmente la zona por la película El perfume, que capta fielmente el ambiente de la Edad Media.
La excursión puede continuar (a petición de los turistas) con un viaje a la plataforma de observación situada en el territorio del misterioso asentamiento de El Far.












