La tribu maya llamaba «xocoatl» al chocolate. Probablemente de ahí procede el nombre moderno. Los mayas utilizaban los granos como moneda.
Según el famoso Cortés, un vaso de cacao bastaba para saciar la sed de un soldado durante todo un día. Los indios ya habían aprendido a fabricar el primer chocolate.
Los toltecas, conquistados por los aztecas en 1325, conocían el chocolate desde hacía al menos 1000 años.
El famoso naturalista sueco Carl von Linné introdujo en Europa un árbol llamado «Theobroma cacao», que significa Bebida de los Dioses.
Los españoles y portugueses fueron los primeros europeos en descubrir el chocolate, y durante todo un siglo fueron los monopolistas de su producción y uso. En el siglo XVII el chocolate apareció en la corte de Luis XIV, las damas de la corte lo bebían durante las recepciones. Richelieu y muchos famosos aristócratas franceses adoraban el chocolate. Fue a partir de los palacios y castillos franceses cuando el chocolate comenzó su triunfal difusión por todo el mundo.
La historia del chocolate no es menos fascinante que las sensaciones gustativas de degustarlo en las fábricas y en los famosos cafés chocolateros de París, famosos por su historia, sus recetas, sus fuentes de chocolate….
La historia de París y de Francia está íntimamente ligada a la historia del chocolate. Ambas son exquisitas y apetitosas.












