CORTESANAS VENECIANAS

El brillo y la pobreza de las cortesanas venecianas.

Una de las muchas razones y ocasiones para visitar Venecia en los siglos XVI y XVIII era la fama de las cortesanas venecianas. La palabra «corte» significa corte, e incluye a las damas de la corte que prestaban diversos servicios útiles y placenteros a los clientes locales y visitantes.
Venecia es una ciudadela de damas de compañía educadas, espectaculares, ricas y muy demandadas. La más famosa sacerdotisa del amor, Verónica Franco, fue honrada con un retrato del mismísimo Jacopo Tintoretto.
Y en tiempos modernos, la cinematografía le dedicó una maravillosa película «La cortesana honesta». Su destino es también de interés académico: algunos licenciados de la Universidad de Venecia han escrito sus trabajos de fin de carrera sobre la mujer y la sociedad en Venecia basándose en documentos de los archivos locales.
Verónica figura en el «Catálogo de todas las cortesanas principales y dignas de Venecia», compilado para las necesidades y placeres de los visitantes de la ciudad en 1564 con el número 205.
¿A qué se debe su éxito? ¿Cuáles son los secretos de este antiguo oficio? ¿Qué peligros entraña? A pesar de su elevada posición, Verónica fue públicamente deshonrada y publicitada como una «pobirushka» que vacía los bolsillos de los bohemios (habitantes de Bohemia) que la visitan. Por tanto, juzgue usted mismo: si las cortesanas de alta alcurnia no son inmunes al escándalo, la violencia y la difamación, ¿qué se puede decir de las prostitutas venecianas de a pie? Que, según las estadísticas locales, en el siglo XVI llegaron a ser hasta 11 mil en esta gloriosa ciudad de unos 180 mil habitantes. En el barrio de Castelletto desde el siglo XIV estas mujeres invariablemente solicitadas se dedican a su eterno oficio, y con ellas – proxenetas y alcahuetas, cotillas y soplones, etc.
Una zona muy informativa y colorida de la ciudad, no lejos del puente de Rialto. Los nombres topográficos se han conservado hasta nuestros días, recordándonos explícitamente que también aquí los venecianos están a la vanguardia del mundo.
Desde el puente de los «Bustos de Mujer», un cliente podía contemplar los exuberantes pechos femeninos de las prostitutas venecianas, exhibidos espectacularmente desde los escaparates. El marketing del sexo y la seducción, a un precio accesible para todos. Para todos los bolsillos y carteras, como suele decirse. Como los barrios de Ámsterdam hoy en día, pero mucho más bellos en cuanto a paisaje natural y vestuario.

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