FINCA BORGHETTO

Visita al pueblo de Borghetto:

Está clasificado como «Patrimonio Histórico de Italia»

«Borghetto» significa pueblo, hacienda, lugar. Este lugar de cuento de hadas debe su encanto a la armonía de la naturaleza y la historia, que han sabido preservarlo a lo largo de los siglos. El pequeño pueblo de Borghetto está situado en el valle del río Mincio, en el municipio de Valeggio, en la provincia de Verona, a los pies del puente Visconti. El singular encanto medieval y la originalidad de Borghetto lo han convertido en uno de los pueblos más bellos de Italia.

En el siglo XIV formaba parte del sistema defensivo de Serraglio, incluso su nombre no significa literalmente «asentamiento fortificado». La atmósfera de la Edad Media se respira por todas partes: desde las murallas almenadas, hasta el tañido de las campanas de la iglesia de San Marco, pasando por las ruedas del antiguo molino y las fortificaciones del puente Visconti. En el puente, tradicionalmente, una vez al año, en junio, se sirve una cena para más de 3000 personas.

Se puede visitar el Castillo Scaliger en Valeggio sul Mincio. Según las investigaciones históricas, el primer edificio en el emplazamiento del moderno Castillo de Malcesine se erigió en la antigüedad (a finales del 1er milenio a.C.). Posteriormente, con la aparición de los lombardos en Italia, se construyó una fortaleza en este emplazamiento. Fue sometida en repetidas ocasiones a modificaciones y reconstrucciones globales. Después de los francos, el castillo fue capturado por los húngaros y durante algún tiempo perteneció al obispo de Verona. A finales del siglo XIII fue comprado por uno de la familia Scaliger: Alberto dela Scala. Su familia fue propietaria del Castillo de Malcesine durante más de 100 años, razón por la cual recibió su segundo nombre, el Castillo Scaliger.

Visite la Iglesia de San Pietro in Cattedra, con su fachada sorprendentemente inusual y sus hermosas portadas de bronce, que fue encargada en 2006 para conmemorar el 200 aniversario de la consagración de la iglesia. Construida en estilo neoclásico, fue erigida en 1753 sobre las ruinas de una iglesia anterior del siglo XVII, pero algunos documentos muestran una iglesia parroquial románica que data de 1145.

Hará una parada para almorzar en un restaurante local, donde podrá probar tortellini (albóndigas) hechos de masa fina, casi transparente, con rellenos de carne o calabaza, que sólo este lugar sabe hacer. Los amantes de las antigüedades pueden visitar el mercado de antigüedades, que abre una vez al mes. Dé un paseo a lo largo del río Mincho, donde hay una «carretera de la salud» de 15 kilómetros. Los veroneses suelen venir aquí a montar en bicicleta, patinar o simplemente pasear. De regreso, puede visitar Villafranca, donde podrá saborear el famoso plato dulce veronés de hojaldre (Sfogliatine di Villafranca).

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