Se trata de un establecimiento inusual e incluso único.
Aquí traen o envían «pacientes» especiales: son muñecas, juguetes rotos e incluso estatuas de santos.
Las débiles figuras reposan pacientemente en las estanterías y esperan su turno «con los médicos», y luego, ya como nuevas, vuelven a casa, para alegría de sus pequeños dueños.
El Hospital de Muñecas (Ospedale delle Bambole) fue fundado por el diseñador teatral Luigi Grasso. Al principio, era un taller donde el artista restauraba muñecas de porcelana antiguas. Poco a poco, el círculo de «pacientes» se amplió, y ahora aquí se devuelve la vida a muñecas de materiales muy diversos: trapo, celuloide, felpa, madera, papel…
Se utilizan pegamento, pinturas y desinfectantes como medicamentos. Aquí trabajan cirujanos experimentados para devolver la salud a muñecas, señoritas, conejitos y osos. Es cierto que ver partes del cuerpo separadas, aunque sean de juguete, no es muy agradable. Pero el hospital de marionetas es muy popular entre los niños y no les importa ver cómo se recuperan sus juguetes favoritos.
La bisnieta del primer propietario se encarga del trabajo en este original laboratorio-taller. A lo largo de las décadas, ha amasado una enorme colección de muñecas de todo el mundo, que resulta interesante no sólo para los pequeños visitantes, sino también para los adultos.
El Hospital de Muñecas se encuentra en uno de los barrios exóticos de Nápoles, el distrito de Spaccanapoli, donde hay una red de librerías, tiendas de artesanía con recuerdos para todos los gustos y pequeños restaurantes familiares. La música se cuela por las ventanas de las casas y las callejuelas se llenan del habla multilingüe de los turistas.
Todos los días excepto el 24 y 25 de diciembre, el 1 de enero y el 1 de mayo
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