MIKELANGELO

Michelangelo en Florencia.

El nombre de Miguel Ángel está asociado a muchos lugares interesantes de la ciudad. Sus obras pueden verse en copias en las plazas y en originales en los museos de Florencia.

Michelangelo Buonarroti (6 de marzo de 1475 – 18 de febrero de 1564) nació en Caprese, cerca de Arezzo, pero pasó su infancia y adolescencia en Florencia. Su cuerpo descansa en su casa de la Basílica di Santa Croce de Florencia.

Museo Buonarroti: es en la casa-museo del sobrino de Miguel Ángel, cuyos interiores son una especie de homenaje al genio de su tío, donde se encuentran sus primeras obras: dos bajorrelieves, «La batalla de los centauros» y «Madonna en la escalera».

Basílica de Santo Spirito: Saliendo de Florencia en 1494, Miguel Ángel regaló a Santo Spirito una obra suya, un crucifijo de madera, que hoy puede verse en la sacristía de la basílica.

Museo de Escultura del Bargello: uno de los museos más famosos de Florencia, alberga cuatro de las obras del escultor florentino: Baco, Tondo Pitti, Bruto y David/Apolo.

Academia Galleria di Belle Arti: no sólo es el segundo museo más visitado de la ciudad, sino que también es el «templo» de la obra de Miguel Ángel. Aquí podrás ver con tus propios ojos la escultura más famosa del Renacimiento, el David.

La Galería Uffizi: en la sala 35 de uno de los museos más famosos del mundo se encuentra el único cuadro de Buonarroti que ha llegado hasta nuestros días, el magnífico Tondo Doni.

Palazzo Vecchio: encontrarás las figuras de un joven enérgico y el anciano barbudo al que depuso. El «Genio de la Victoria», al igual que los «Prisioneros», fue creado para la lápida del Papa Julio II.

Tumbas de los Médicis: La nueva sacristía fue diseñada íntegramente por Miguel Ángel – las famosas estatuas de las alegorías Día, Noche, Amanecer y Atardecer coronan las tumbas de Giuliano de’ Médicis, duque de Nemours, y Lorenzo de’ Médicis, duque de Urbino.

Museo de la Catedral de Florencia: aquí se encuentra la Piedad Bandini, que Miguel Ángel creó para su propia lápida. Fíjate en la cara de Nicodemo: es un autorretrato del gran Buonarroti.

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