La Reserva del Parque de Sant Miguel del Fai es uno de los lugares más interesantes y singulares de Cataluña, creado por la propia naturaleza.
El monasterio se encuentra a sólo una hora en coche de Barcelona y es la única iglesia románica de España, resguardada en una cueva con paredes y bóvedas de roca. En el interior de la iglesia destacan los cleros góticos del siglo XV y la lápida del conde Guillem Berenguer de Auzon (circa 1000). Su inscripción en latín lamenta la prematura muerte del joven hijo del conde Berenguer, Ramón I.
Sant Miguel del Fai ha sido durante mucho tiempo un lugar de culto: en la antigüedad, los pueblos íberos, encantados por la belleza natural, celebraban aquí ritos paganos. Los primeros datos sobre la iglesia-cueva de San Miguel se remontan al año 997, cuando fue donada por Ramón Borrel al conde Gombau de Besor. Hasta 1557, el monasterio albergó una comunidad de monjes benedictinos. Después fue administrado por sacerdotes que no hacían voto de clausura. En el siglo XIX, Sant Miguel del Fai fue descubierto por escritores románticos que dieron a conocer al mundo su belleza, su historia y sus leyendas.
La voz sonora de la cascada de Tenes, que desciende de la montaña y es atravesada por un puerto lleno de humedad y frescor, deleitará sus ojos con el juego de sus chorros y las vistas panorámicas de los alrededores a 460 metros de altitud. Detrás de la ermita de San Martín, se esconde el acceso a la cueva de estalactitas más antigua y famosa de Faya Toscas, que ofrece una magnífica vista del valle.
Una visita guiada individual dará a los turistas la oportunidad de conocer la historia y las leyendas de este fabuloso lugar sin prisas innecesarias, así como de admirar la belleza natural de los paisajes de montaña y este extraño entrelazamiento de naturaleza prístina con patrimonio histórico y arquitectónico. Si lo desea, la excursión puede combinarse con un almuerzo en un restaurante típico del pueblo.
