Reims, una de las ciudades más pintorescas de Francia, revela a los turistas el encanto de la campiña francesa. Aquí conviven en armonía el pasado histórico y la actualidad: arcos romanos, Edad Media, Renacimiento, siglos XVII y XVIII, Art Nouveau y Art Décoo….
El estilo de vida pausado de la provincia francesa no parece haber cambiado mucho a lo largo de los siglos, cuando los cortejos festivos venían aquí a Reims para la coronación de los futuros monarcas de Francia. Aquí, en la catedral de Reims, juraban sus cargos, y los delfines de ayer se convertían en reyes de pleno derecho. Sólo una coronación en Reims se consideraba una verdadera confirmación del derecho al trono.
En la historia de la catedral, 25 monarcas franceses han sido coronados allí. La elección de Reims como lugar de coronación no es casual: fue aquí, en el siglo V, donde el obispo Remy bautizó al primer rey de Francia, Clodoveo, que defendió su reino en las batallas con los romanos y los godos de Occidente y declaró París su capital.
Según la leyenda, durante su bautismo, San Remy recibió de una paloma -en el cristianismo símbolo del Espíritu Santo- la mirra sagrada, que más tarde se guardó cuidadosamente en el Vaso Sagrado y con la que se coronaba a los reyes franceses…
El Vaso Sagrado se conservaba en la Abadía de San Remy, que, junto con la catedral, es uno de los monumentos de Reims. Durante la revolución, el vaso fue destrozado….
Para un ruso, la catedral de Reims no sólo es un bello ejemplo de arquitectura medieval, no sólo páginas brillantes de la historia de la monarquía francesa, sino también un vínculo peculiar entre Rusia y Francia. Y es que todos los reyes franceses juraban sobre la Biblia, que perteneció a la reina Ana, hija de Yaroslav el Sabio, casada con Enrique I en el siglo XI. Escrita en eslavo antiguo, esta biblia se consideraba una de las reliquias francesas que nadie en Francia sabía leer. ¡Cuál fue la sorpresa de los sacerdotes cuando Pedro el Grande, durante su visita a la catedral de Reims, comenzó a leer esta biblia en voz alta!
Aparte de los monumentos religiosos, Reims y Champaña atraen a los turistas como zona vinícola. La invención del champán, que ha dado fama mundial a la zona, fue obra del monje Dom Perignon, que vivía en una de las abadías locales. En Reims podrá degustar el champán más famoso en las pintorescas bodegas, donde se almacenan millones de botellas en interminables galerías subterráneas. Toda una ciudad subterránea que abastece de vino al mundo entero.
Cerca de Reims está Épernay, la capital del champán, donde se encuentran la mayoría de las bodegas de champán. Y entre Épernay y Reims hay encantadores viñedos….












