SAN LEO

San Leo city tour.

San Leo se encuentra a 32 kilómetros de Rimini.

San Leo es el corazón de la región de Montefeltro. El pequeño pueblo se encuentra en una colina a 600 metros de altitud. Fundado en la época de los antiguos romanos, hoy está reconocido oficialmente como uno de los pueblos más bonitos de Italia. Además, San Leo cuenta con la prestigiosa Bandera Naranja de turismo sostenible.

El asentamiento fue fundado por los romanos en el siglo III d.C.. Con la llegada del cristianismo, la ciudad recibió el nombre de San León, compañero de San Marino, que dio nombre al antiguo estado de San Marino. Del 962 al 964, durante el reinado del rey Berengario II, San Leo fue incluso la capital de Italia.

En esta fortaleza, ciudadela inexpugnable donde los Papas retenían a sus más peligrosos adversarios, termina sus días Giuseppe Balsamo, más conocido por todos como el conde Alessandro Cagliostro, una figura misteriosa y fascinante. El gran aventurero, alquimista y masón pasó cuatro años en la lúgubre celda de San Leo y murió aquí el 26 de agosto de 1795.

La verdadera joya del pueblo es el asombroso castillo, que se alza sobre un acantilado rocoso y por el que sin duda merece la pena subir sus empinados escalones. Fue admirado por el mismísimo Dante, que lo convirtió en el lugar del Purgatorio en su Divina Comedia.

El primer lugar para empezar a explorar San Leo es la Piazza Dante, donde se encuentran los edificios religiosos y seculares más importantes. Entre los edificios religiosos destaca la iglesia parroquial de los siglos VII y IX, la más antigua de la ciudad. En su interior se pueden contemplar dos valiosos objetos expuestos: un arca regalada a la iglesia en 882 por el duque de Orso, gobernante de la ciudad, y el llamado «Sacello», una capilla construida por el propio San León en el siglo IV. En esta capilla se conservaron durante mucho tiempo las reliquias del santo, hasta que fueron llevadas a Alemania por orden de Enrique II, donde se perdieron sin dejar rastro.

En este lugar, en la Piazza Dante, se alza la Catedral de San Leo, construida en estilo lombardo-románico. La catedral carece de fachada, ya que se alza al borde mismo de un acantilado, y se accede a ella a través de una puerta lateral coronada con los bustos de San León y San Valentín. En el presbiterio de la catedral hay un enorme crucifijo, copia del que regaló a la iglesia el conde de Montefeltro en 1205.

A pocos metros de la catedral hay una torre de vigilancia del siglo XII, construida en piedra arenisca y que destaca por ser cuadrada por fuera y circular por dentro. La torre tiene una campana del siglo XIV.

Entre los edificios seculares de San Leo merece una mención especial el Palacio Medici, iniciado bajo Della Rovere y continuado bajo los Medici a principios del siglo XVI, después de que la ciudad hubiera sido tomada por Florencia.

Hoy en día, el Palacio alberga el Museo de Arte Sacro de San Leo, con piezas que datan de los siglos VIII al XVIII. Algunas de las piezas más interesantes del museo son tres arcos ricamente decorados que formaban parte de la fachada de la catedral medieval. El Palazzo Della Rovere, del siglo XVII, es un bello edificio con una elegante fachada del siglo XVI.

También el Palazzo dei Conti di Nardini, que se cree que data del siglo XIII.

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