Excursión a Sirmione y Malcesine
Primero le guiarán por los alrededores de Sirmione, después se dirigirán en coche a la ciudad de Peschiera del Garda (65 km)
La excursión continuará en coche por la pintoresca orilla oriental del Lago de Garda hacia la ciudad de Malcesine (parte norte del lago). Si lo desea, puede hacer una breve parada en uno de los pueblos para almorzar.
Malcesine, en el lago de Garda, ha estado habitada desde la antigüedad. Los primeros propietarios del pintoresco asentamiento fueron los etruscos, que vivieron aquí hasta el año 15 a.C.. Los siguientes propietarios de estas fértiles tierras fueron los romanos, que dejaron tras de sí numerosos monumentos arquitectónicos de gran valor.
Desde el siglo XIII hasta el XVI, Malcesine perteneció a la familia Della Scala. Los miembros de la famosa familia reconstruyeron el castillo y lo llamaron Castello Scaligero. En los siglos XV-XVIII, la localidad perteneció a la República de Venecia. En aquella época la ciudad era conocida como Gardesana del Aqua. Después del siglo XVIII, Malcesine pasó a manos austrohúngaras. La acogedora ciudad a orillas del lago atrajo a un gran número de personas creativas: poetas, escritores, artistas.
Los monumentos históricos únicos y las pintorescas vistas de las montañas y el Garda la convirtieron en un popular centro turístico en el siglo XIX.
Tour de la parte antigua de la ciudad, una típica ciudad medieval, casi en miniatura, con calles sinuosas y estrechas, como si especialmente construido para mantener fuera el viento.
Verás: la Casa del Capitán, el puerto, el castillo medieval de los Scaligers Scaligero (visita posible), el Museo de Goethe, que en 1786 se alojó aquí, que más tarde escribió en su obra «Viajes por Italia». Aquí le ocurrió una historia increíble.
Desde Malcesine subirá en teleférico al monte Baldo (1750 m), donde podrá disfrutar de una vista panorámica del lago de una belleza impresionante. Es un viaje que dura sólo unos minutos, pero memorable. En primer lugar, lo que hace único a este teleférico es que sus cabinas giran, lo que permite a los pasajeros disfrutar de una espectacular panorámica de 360° y de la sensación de estar volando. En segundo lugar, en 10 minutos se entra en una zona climática diferente: los matorrales mediterráneos son sustituidos por pastos alpinos y acantilados pelados. Las vistas son impresionantes. Es un paraíso para los senderistas: naturaleza virgen y una flora inusualmente diversa con especímenes raros de vegetación. Se ha dicho que el Monte Baldo es el jardín botánico de Europa.












