Villa Pallavicino
La villa está situada en una de las zonas más pintorescas del lago, a pocos minutos del centro de Stresa. El edificio neoclásico fue construido en 1855 y desde 1862 hasta la actualidad, junto con el parque que la rodea, ha sido propiedad del marqués de Pallavicino. El magnífico parque está abierto al público y desde 1954 alberga también un zoológico, lugar favorito de generaciones de residentes de Stresa y sus alrededores. Aquí se pueden ver unas 40 especies de animales y aves exóticas. La original estructura del zoo brinda a los visitantes la oportunidad de acercarse a algunos de sus habitantes: ciervos, llamas, avestruces nandu gigantes. Además de ellos, hay canguros, castores, monos, cebras y una gran variedad de aves exóticas.
En el parque, majestuosos robles, plátanos, castaños y secuoyas de ultramar crean una sensación de inmersión total en el mundo natural, en plena consonancia con los ideales del romanticismo que imperaban en el siglo IXX. Puentes, arroyos y cascadas asoman de vez en cuando por detrás de la exuberante vegetación. Enormes arcos vivos de cipreses especialmente recortados enmarcan las vistas del lago y las islas Borromeo, y frente a ellos se extiende una colorida y fragante alfombra de diferentes colores. Detrás de todo este derroche de color, no es fácil distinguir a primera vista la estatua de Hércules enclavada en un «nicho» de blancas y fragantes magnolias en flor.
El parque está abierto todos los días de marzo a octubre. Un pequeño tren de vapor conecta el parque con el centro de Stresa de mayo a octubre.
Villa Taranto
«Un buen jardín no tiene por qué ser grande. Debe ser la encarnación de tus sueños, aunque sólo tenga unos metros cuadrados y esté en un balcón» – Capitán Neil Mac Icharn, creador de esta obra maestra del arte jardinero, enmarcada por las cumbres alpinas y las aguas del lago Mayor. Las 16 hectáreas de terreno contienen una colección única de plantas, muchas de las cuales han aparecido por primera vez en el continente europeo. El capitán viajó personalmente por todo el mundo en busca de «habitantes» para su maravilloso jardín, invirtiendo casi toda su inmensa fortuna en la realización de su sueño.
Magníficas perspectivas paisajísticas, estatuas, cascadas y fuentes, numerosas rarezas botánicas se abren ante el visitante. Quizá la más característica sea la planta acuática, sobre cuya hoja puede sentarse cómodamente un niño. La colección de 100 variedades de rododendros es magnífica. El laberinto de ásteres asombra por su riqueza de formas y colores. En resumen, en cualquier momento este jardín mágico ofrece a sus huéspedes una nueva combinación de colores, olores y formas. Una visita a Villa Taranto será una experiencia inolvidable para todos los amantes de las plantas y del arte de los jardines.












